BIENVENIDOS A MI ESTUDIO EN LA WEB (QUE SE IRÁ ACTUALIZANDO MES A MES)!


Acaso hallen algo interesante en él quienes mantienen un compromiso de vida con la justicia y con la belleza.

sábado, 1 de agosto de 2015

ORÍGENES DE UNA LUCHA VICTORIOSA

LA RECUPERACIÓN DE UN CARO 
PATRIMONIO CULTURAL PLATENSE


A la memoria de Julio Urtubey,
“Nelita” Apreda,
“Pihura” Mendoza Calderón,
y  Luis Orbieto (a) Carlitos Marx,
estudiantes de la Carrera de Cine de La Plata
secuestrados y asesinados por la Triple A y la última dictadura..

Aún no se retiraban los personeros del máximo genocidio socioeconómico y cultural que asoló nuestra Patria, cuando en el invierno de 1983 algunos graduados, egresados, y aspirantes a cursar en la legendaria Carrera de Cine de la capital bonaerense - intervenida por el lopezrreguismo y cerrada por la dictadura - comenzamos a autoconvocarnos primero en inmediaciones y finalmente en la misma casa de estudios en que tuvo origen, institución que no tardó en reconocer como interlocutora de la  causa de la reapertura a la coordinadora que fuimos conformando, y de la que surgió más adelante el Taller Experimental Audiovisual desde el que habríamos de combinar aprendizaje y lucha.


Cuando iniciamos la gesta en cuestión éramos los marginados de la Universidad de La Plata. En la facultad también se nos veía con desconfianza, y se nos desalojaba de todas las aulas. A veces nos reuníamos en el Teatro del Bosque o directamente en Plaza Rocha. También, a su turno, fuimos llamados “petardistas” y “desestabilizadores” por reclamar que la democracia reparara un daño causado por el gobierno de facto. Mucho nos costó dejar en claro la justeza de nuestra causa: Años de concentraciones frente al Rectorado con creciente apoyo político y estudiantil, ciclos de cine arte y testimonio, organización de charlas-debate (con Jorge Prelorán, Nicolás Amoroso, cineastas cubanos), la edición de un boletín informativo, la confección de una carpeta con fundamentos irrebatibles, pintadas, entrevistas periodísticas, y la participación en cuanto foro se debatiese una problemática afín (como el Fogón de la Cultura Popular) A fines de 1984, en asamblea estudiantil convocada por el Centro de Estudiantes de Bellas Artes se aprobó por aclamación la equiparación de los aspirantes a cursar cinematografía con cualquier alumno regular del establecimiento, así pudimos intervenir en las elecciones estudiantiles celebradas con posterioridad.


A punto de terminar ese año, al autor de estas líneas se le otorgó mandato para representar al C.E.B.A. ante una Comisión Asesora que sesionó en la entonces Escuela de Periodismo con el objeto de discutir el tema en un marco ampliado, a instancias del Rectorado. Con tal investidura entrevistamos al Rector Pessaq, quien se comprometió a tomar el tema a su cargo en la medida en que se le presentase un proyecto actualizado y con status académico. A tal menester nos abocamos luego, involucrando en la tarea a profesionales de primera línea en el medio, como el investigador Octavio Getino (histórico referente del Grupo Cine Liberación), que acometiendo dicho desafío encaró uno de sus primeros trabajos al cabo de un prolongado exilio.


El lunes 25 de Marzo de 1985, un filme nacional remó hasta las orillas del Imperio. Con tímida dignidad, “Camila” - única producción audiovisual latinoamericana en la entrega de los Óscares - se plantó como David contra Goliath ante un descomunal despliegue tecnológico destinado a confirmar que el gran país del norte ya era una potencia apabullante en la industria del espectáculo, en tanto no sólo se ocupaba de estrangular financieramente a las entonces incipientes democracias de la región sino a autorecompensarse también en la mayoría de los casos, repartiendo los galardones sobrantes entre algunos países amigos y dejando palmariamente claro qué lugar debiéramos ocupar según sus reglas de juego en lo que al Séptimo Arte respecta. Ese mismo día, muy lejos de allí, precisamente en el aula 35 de la Facultad de Bellas Artes, la Coordinadora por la Reapertura de la Carrera de Cine, integrada entre otros por Carlos Vallina, “Pupa” Sanz, Quico García, Guillermo Kancepolski, Roberto Badoza, Abelardo Martínez, Rosa Teichmann, Daniel Trincheri, Carlos Coppa, Jorge Santamaría (a) “Páisa”, Daniel Morer, Julio Kaler, Analía Seghezza, Jorge Degiussepe, y quien suscribe estas líneas, se aprestaba a librar una batalla más en pro de mantener bien alto el estandarte de un cine independiente y comprometido con la realidad circundante: La presentación de su filme “Diario de Filmación” - rodado colectivamente durante aquellos ciclos lectivos ad hoc (pero reconocidos por el decanato de la institución), en Súper 8 color, sonido directo e incorporado, y 27’ de duración -  en la inminente muestra anual de cine organizada por UNCIPAR en Villa Gesell.


El 29 de Marzo del mismo año intervinimos en las Primeras Jornadas Platenses por los Derechos Humanos realizadas en el Pasaje Dardo Rocha, ilustrando mediante el caso de nuestra escuela cerrada la faena de depredación cultural perpetrada por el Terrorismo de Estado. Al día siguiente inauguramos las deliberaciones del Congreso de la Federación Universitaria de La Plata logrando que nuestra reivindicación fuera ovacionada por alrededor de 700 concurrentes de diversa extracción política. También aportamos nuestra rica experiencia desde uno de los tantos paneles de la Muestra de Cine Independiente realizada durante aquellas Pascuas en Villa Gesell, así como exhibiendo en proyección no competitiva nuestro ejercicio fílmico. Poco después, la Sub Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba nos convocó a asistir al Primer Encuentro Nacional de Docentes de Cine para analizar el tema de las escuelas “sobrevivientes” y el de aquellas que entonces luchaban por su reapertura.


En el transcurso de dicho año, a su vez, desembarcó en nuestra ciudad un equipo de producción de Aries Cinematográfica, con el objeto de realizar el filme “La Noche de los Lápices”, circunstancia que - en tanto familiar de una detenida-desaparecida en el acontecimiento que habría de reconstruirse - permitió al autor de estas líneas oficiar de nexo con el director Héctor Olivera a fin de concretar nuestra segunda experiencia fílmica durante dicho rodaje, la que titulamos “Memoria y Homenaje a la Noche del 16 de Setiembre”, y que al año siguiente tuvimos el honor de presentar en La Habana durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y del Caribe. Pero muchos más sacrificios demandaría la conquista del objetivo en cuestión.


Cuando en 1993 se logró la tan ansiada meta, el autor de estas líneas - urgido por su temprana vocación cinematográfica - egresaba del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda. Ya que sobre los orígenes de la lucha descripta circulan relatos más mezquinos que el nuestro, hemos creído pertinente y oportuno publicar esta sucinta pero generosa reseña.-


JORGE FALCONE