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Acaso hallen algo interesante en él quienes mantienen un compromiso de vida con la justicia y con la belleza.

miércoles, 1 de abril de 2015

Apuntes macro y micropolíticos sobre el ordenamiento social del siglo XXI

LA LEY Y LA TRAMPA

“Cada vez queda más claro que el capitalismo de nuestros tiempos funciona en un doble carril.
Por un lado, tenemos la sociedad formal, y por el otro crece una sociedad paralela.
Mientras que la economía ‘legal’ entraba en crisis, la del lado oscuro se multiplicaba, acomodándose en algunos rubros de la ‘legal’ pero con modos más rentables”.

María Esther Ceceña,
(Miradas al Sur,
febrero 2015)

   

El desafío de analizar el mundo desde un pensamiento situado

Para mejor inteligir las complejidades del “malestar en la cultura” nostramericana de estos tiempos se torna imperioso revisar los vigentes aportes de uno de sus más brillantes intérpretes, el filósofo abyallalense Gûnther Rodolfo Kusch.
Su presupuesto básico es no pensar el ser del ente o el ente en tanto ente, según la propuesta clásica, sino la sabiduría popular de Nuestra América, sobre todo a partir del hombre simple, del hombre del pueblo desatendido o marginalizado. El sabio intenta así la elaboración de una filosofía de la identidad; el resto, como la filosofía de la liberación, es política según sus dichos.
Su objetivo filosófico es “pensar lo propio desde América” y la posibilidad de un pensamiento propio está encarnada en el pensamiento popular. De tal forma, el pueblo es “el lugar filosófico” desde donde se realiza y se resuelve la genuina pregunta filosófica. Todo pueblo, entonces, se manifiesta en dos niveles: Uno, el suelo que como límite inferior es el molde que tiene los símbolos de una cultura, que contempla dos aspectos a) como fundamento “no se puede caer más” y b) como arraigo “el medio donde se echan raíces”. Y dos, la cultura como horizonte simbólico. 
Este presupuesto de un pensamiento situado, con gravitación propia, servirá como punto de partida para poner en cuestión el desolador escenario dual que el capitalismo salvaje va diseñando en la región que habitamos, donde el sistema legal conocido exhibe una inocultable insuficiencia para reciclarse, aún desde las reglas de juego demo-liberal electorales propuestas por sus padres fundadores, puestas ahora ante la imperiosa necesidad de habilitar una sociedad paralela a la que aún adscribimos confiando nuestros hijos al sistema educativo formal, pagando impuestos, o delegando cualquier cambio en un elenco vitalicio de políticos profesionales.
La capitulación del Estado



La existencia de una Internet Profunda y de acceso selecto - donde se trafican drogas sintéticas, pedofilia, o sicariatos - bastaría para describir la oscura base de una pirámide social que coexiste con el vértice que nos es dado percibir a diario. Pero tal como ocurre con el cuerpo humano, en el social las infecciones también se ponen en evidencia mediante inflamación. En consecuencia, de tanto en tanto  advertiremos algunas situaciones límite capaces de visibilizar esa suerte de inframundo paralelo al evidente.

El caso de los 43 normalistas secuestrados y ejecutados en la ciudad azteca de Ayotzinapa es un claro ejemplo de la idea en cuestión.

Una de las hipótesis al respecto es que los señores del narco en colaboración con las autoridades locales, policías y un presidente municipal vinculado a los Guerreros Unidos (*) - que milita en las filas del Partido de la Revolución Democrática -, no están dispuestos a tolerar otro grupo armado en la región, es decir el ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente), una guerrilla que (dicen) reclutaría sus cuadros en los Institutos de Enseñanza Normales. Según esta hipótesis, el ataque, asesinato y desaparición de los normalistas habría sido un “mensaje” del narco-estado a la guerrilla.   El saldo de aquel horror hoy asciende a 6 muertos (uno de ellos, desollado), 5 heridos de gravedad (dos al borde de la muerte) y la desaparición forzada de 43 estudiantes, un presidente municipal en fuga, un gobernador al filo de la navaja, un palacio de gobierno en llamas, un Presidente de la Nación terriblemente cuestionado ya no solo por los mexicanos sino además por la comunidad internacional y algunos de esos elefantiásicos organismos que - como la ONU - se han pronunciado con fuerza sobre el “caso”. El saldo sigue creciendo y creciendo, sin control, sin que aparezca un gesto o algo que medianamente se vislumbre como estrategia de contención, ya no digamos de voluntad política de esclarecer y aplicar justicia.

Cómo nos afecta a nosotros, americanos del sur, la metástasis continental de un doble poder, hijo bastardo del capitalismo conocido, y dispuesto a valerse de procedimientos ajenos al orden constitucional… 

Un ejemplo flagrante es el de la provincia argentina de Santa Fe: En todo el territorio rosarino existen diversos barrios carenciados. En el segundo semestre de 2012, el Indec publicó un índice de pobreza del 4,5 en la ciudad. Entre dichos territorios, los más afectados por el negocio del narcotráfico son: Ludueña, en zona noroeste (barrio célebre porque allí actuara - y fuera asesinado en diciembre 2001 - “Pochito” Lepratti, popularmente conocido como “El Ángel de la Bicicleta”); Tablada, Nuevo Alberdi y La Granada, al sur; y Las Flores, en el centro de la ciudad. En algunos barrios se sabe quién manda, pero otros no tienen dueño. Cuando se verifica la existencia de algún liderazgo, la conducta social se ordena y disminuyen las muertes.

El vecindario afirma que en esas zonas cada vez hay más presencia de kioscos, casas precarias donde se vende droga, que suelen poseer dos pequeñas ventanas: por una se entrega la mercadería y por otra se recibe la plata. Muchos vecinos saben dónde están ubicadas, pero por miedo no dicen nada.  Estos bunkers suelen pertenecer a distintas bandas que se disputan territorios de manera violenta y en ese momento es cuando llegan las muertes, ya sea de miembros de los grupos armados, cómplices de otros sectores del poder o víctimas que se cruzan en el camino. Según el Ministerio de Seguridad Comunitaria de la provincia, el narcotráfico se va adueñando de los barrios y genera contextos de miedo y violencia.

A simple vista, todo parece muy organizado, pero diversos periodistas locales abren otro panorama: “No hay bandas al estilo del Cartel de Sinaloa (México). En los medios nacionales, Rosario se vende como si fuera México pero no está muy organizado el asunto. Hay mucho imprevisto”. Ellos afirman que la red de comercialización y seguridad con los “soldaditos” es lo más establecido. “Es que a los adolescentes y preadolescentes les ofrecen entre $ 150 y $ 300 por día y un arma. Entonces, los chicos dejan todo y se ponen a trabajar para marcar reclutas, atender los kioscos o ser buchones, es un caldo de cultivo de chicos que ni estudian ni trabajan. Son de tercera o cuarta generación de hijos de padres que no han trabajado y la única expectativa de vida se la ofrecen los narcos”. Cualquier semejanza con la brillante serie “The Wire” (foto que encabeza este artículo) no es pura coincidencia.

Un  periodista local de reconocida participación en los medios televisivos y radiales de Rosario explica las razones de este escenario: “No es algo nuevo. Se viene gestando desde hace varios años. Ningún funcionario lo va a reconocer, pero hubo una especie de retirada del Estado de los barrios. Y muchas veces los capos de las redes narcos terminan ocupando un lugar que se dejó ausente”. 

Cuando el capitalismo terminal toque a tu puerta será demasiado tarde



En el enclave semi rural bonaerense de quien escribe estas líneas, aguzando la percepción, son detectables los primeros atisbos de la configuración social hasta aquí descripta. En efecto, el ratero de la cuadra - hoy en cautiverio - posee una hermana que, harta de conchabos efímeros, hoy tienta suerte en la Escuela de Suboficiales de Policia “Juan Vucetich”, donde suele recalar para salir de pobre más de un pibe hasta ayer rollinga. Mientras la situación se resuelve, su hijo se droga a plena luz del día y a menudo saquea el material de construcción de vecinos que viven a dos casas de la suya. Paralelamente, el hijo del remisero transa del barrio ya viste uniforme y patrulla las calles donde se fumaba. Hasta el simpático despachante de la rotisería local cambió su sonrisa por un gesto adusto, una pistola reglamentaria, y un par de borcegos; y ahora acostumbra referirse a sus antiguos conocidos civiles utilizando fórmulas tales como “ustedes ni se imaginan la amenaza que enfrentamos a diario”. Por último, el paranoico e insomne policía jubilado de la esquina -  sospechado por algunos de promover consumos non sanctos - arriesga opiniones con calibre de guerra sobre los más pequeños integrantes de esas familias en vías de disgregación: “Esos pendejitos ya no tienen solución”. “Civilización” y “barbarie” pues, conviven en nuestro entorno, a menudo apenas delimitadas por el magro cauce de un riacho que encuentra en una orilla a una familia de cacos reducidores de autopartes y en la otra a una de trabajadores decentes que sobrellevan una tensa convivencia tanto con los irregulares como con las “fuerzas del orden” a los efectos de que el predio de su propiedad no se convierta en zona de libre tránsito…

Así, mientras desde hace más de una década celebramos la instauración de los Derechos Humanos como Política de Estado, en “el lado oscuro de la sociedad” los mecanismos de autorregulación de este capitalismo dual, cada vez más aceitados,  arman la mano del pobre integrado contra el pobre que no corrió tal suerte, sea este amigo o pariente.

¿Desde qué concepción y espacio político cabría pues enfrentar con urgencia el fenómeno descripto? Dicen que “lo pequeño se hace grande cuando lo grande no existe”. Y, en rigor de verdad, no existe en la Patria un Modelo Nacional de largo aliento para encarar las impostergables transformaciones que el presente impone, desde que el Tte. Gral. Juan Domingo Perón Sosa formulara el suyo cuatro décadas atrás. Vale la pena apostar por que una nueva generación de argentin@s advierta a tiempo semejante vacancia, recoja aquel “manuscrito arrojado hacia el océano del futuro” y - adaptándolo a los tiempos que corren - ocupe el sitial que la Historia reclama a gritos.-


(*) Organización criminal que opera en el estado mexicano de Guerrero y Morelos. El grupo fue fundado en el año 2008 por Cleotilde Toribio Rentería - alias El Tilde -, el cual, presuntamente, colaboraba como miembro del grupo de sicarios comandados por Édgar Valdez Villarreal  - alias La Barbie (basado en la muñeca estadounidense con el nombre del criminal nazi Klaus Barbie) -, dando inicio a una guerra interna por el control de Guerrero.


A la memoria de Lilia Ferreyra,
compañera de vida de Rodolfo Walsh.

JORGE FALCONE