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viernes, 29 de agosto de 2014

Seguimos arando el surco de los sueños...

LARGA CARRETERA CORSARIA :
DIARIO DE RODAJE EN ITALIA DEL DOCUMENTAL “EL PROFETA”

Durante el verano de 1959, Pier Paolo Pasolini recorrió la costa italiana, desde Ventimiglia hasta Trieste, al volante de un Fiat Millecento.  Un testimonio de dicho viaje consta en el libro “Larga carretera de arena”, del fotógrafo Philippe Séclier, del que nuestro filme en curso  toma referencias, invirtiendo el sentido de aquel periplo. Porque aquí se narra el regreso del poeta hacia nosotros. Y vaya si vuelve, que Italia y el mundo lo están redescubriendo, como lo demuestra la reciente mega muestra montada en su memoria en el Palazzo delle Esposizioni; el docudrama en curso a cargo de David Grieco (su viejo asistente en “Teorema”), interpretado por Massimo Ranieri; o la ficción del ítalo-americano Abel Ferrara, interpretada por Willem Dafoe, y estrenada en la 71° Mostra di Venezia. Nos enorgullece formar parte de esa ola oportuna e imparable.

12/7: Debut en tierras del carnaval (con Eolo jugando una mala pasada)


Asistente de Dirección y Director de Fotografía 
monitorean el registro del ingreso en vaporetto a San Marco (Venecia)

A primera hora del día reunimos la crew en pleno frente al Albergo Nettuno de Milán, cargamos los equipos y partimos a bordo de un Audi rentado hacia Mestre (la Venecia continental), a fin de hospedarnos en un bed and breakfast, y acometer nuestra segunda escala, San Marco (la Venecia insular)

A continuación registramos el periplo acuático a dos cámaras (una frontal y otra orientada hacia los laterales) Así comienza nuestra revisión de la vida y obra de Pier Paolo Pasolini, desde el enclave en que tanto revuelo produjeran sus polémicos filmes durante los festivales allí celebrados a lo largo de los años 60 y 70s.

Tras grabar algunas panorámicas de la plaza central y sus callejuelas aledañas, volvimos a nuestra residencia perseguidos por un feroz temporal. Allí nos entrevistó la periodista Paola Brunetta, integrante del portal CineForum. El imprevisto saldo de nuestra primera jornada de rodaje fue acopiar la melancólica imagen de una ciudad que se hunde en las aguas, hoy enardecidas por la tormenta.-

13/7: A la vera de la costa mediterránea (un par de horas varados en la ruta)


Director de Fotografía y Director del documental 
capturan la fachada de la librería que aludirá a Pasolini como escritor.

A las 10.30 dejamos Mestre atrás para dirigirnos a la localidad balnearia de San Benedetto del Tronto, en dicho trayecto nos aproximamos primero a la ciudad en que nació Pasolini (Bologna) y luego a aquella en que lo hizo Fellini (Rímini, cuna de filmes como “81/2” y “Ammarcord”) Media hora antes de llegar a destino, nos detuvimos a fijar en el capó de nuestro vehículo la versátil cámara Go Pro mediante cuyo lente gran angular grabamos el ingreso a la meta en cuestión, procurando registrar letreros que brindaran referencia geográfica, desde el comando por wi fi de nuestra cabina.

Arribando al cabo de siete horas (!) a causa de un prolongado  atascamiento vehicular, nos albergamos en el Hotel Bologna, y acto seguido concretamos el registro de los primeros inserts previstos: La vidriera de una librería, sobre la que aparecerá Pier Paolo leyendo alguna de sus poesías; el frente de un establecimiento educativo sobre una de cuyas ventanas se impondrá una imagen de Pasolini en su época de docente; y un coqueto boulevard que fundiremos con una secuencia del film Las Noches de Cabiria, de Federico Fellini, ambientada en un espacio semejante.

Culminada la agotadora jornada, cenamos mariscos junto al mar viendo caer con hidalguía a la Selección Argentina en disputadísima final contra Alemania, y ante una tribuna local de simpatías divididas.-

14/7: Hacia el sur de los ancestros (perseguidos por la tormenta)


Director de Fotografía, Director del documental, y Asistente de Dirección
registran el Cinema Margheritta que aludirá a Pasolini como cineasta.

La de hoy fue una jornada de viaje y confraternidad, porque teníamos por delante un periplo matacaballos, de San Benedetto a Vallo Lucano, adentrándonos ya - a través de Nápoles - en la región meridional que prefería Pasolini, a pesar de ser septentrional. De tal modo que aprovecharemos esta crónica para describir los talentos del equipo: Vale destacar que nuestra Productora Ejecutiva nos ha abierto camino con singular pericia, toda vez que en cada escala del periplo nos esperan albergues amables y prolijos, ha sabido resguardar el economato de rigor sin privarnos de disfrutar la sabrosa y suculenta comida mediterránea y, además, en esta oportunidad - acompañada del diario de viaje de Pier Paolo - nos ha venido comentando las opiniones que cada escala de las que estamos reproduciendo indujo al poeta y cineasta.

No obstante lo expresado, antes de partir a destino realizamos un registro frente al pequeño cine barrial Margherita (semejante al que utilizó Ettore Scola para su película "Cinema Splendor") en cuya marquesina sobreimprimiremos al polígrafo boloñés debutando en el Séptimo Arte, la torre de una capilla que probablemente utilicemos a la hora de presentar a la madre del mismo, y un sector de la campiña que encadenaremos con una secuencia del filme "La Ricotta"; allí también hicimos captura de sonido (rural y urbano) La circunstancia se prestó para poner en valor tanto el equipamiento técnico como la pericia que aporta nuestro Director de Fotografía, cuya autoexigencia siempre supera las expectativas puestas en él.

El resto fue grabar diversos tramos del trayecto, incluyendo bellísimos paisajes (soleados y lluviosos) mediante la cámara que viaja sujeta a la proa del vehículo. Aquí corresponde ponderar la atención puesta sobre la ruta, las habilidades al volante, y - sobre todo - el rendimiento de nuestro Asistente de Dirección, cuya actitud proactiva constantemente lo lleva a brindar la sugerencia justa para optimizar nuestra captura de imágenes. Con semejante mancomunión de esfuerzos era lógico que esta jornada culminara brindando en la trattoria La Botte de la localidad de Minori, en plena costa amalfitana, recorriendo alegremente callejuelas dignas de Fellini... y retornando en estado de ebriedad al Hotel Sette Bello.-

15/7: Sobreviviendo a Nápoles (con GPS infradotado)


Director de Fotografía, Director del documental, y Asistente de Dirección
acuerdan el encuadre del fresco de Sedile Dominova.

La de hoy fue otra jornada intensa y particular, porque la pasamos viajando, de Minori  a Castellammare, a través de serpenteantes y estrechísimos senderos en altura... un par de ellos conducentes a ninguna parte (merced a las recomendaciones de una itálica voz femenina más perdida que nosotros) Antes de partir, registramos un bellísimo contraluz marino a los efectos de sobreimprimir en él la figura de Guidalberto Pasolini, el hermano partisano que murió en la resistencia antifascista. Al cabo capturamos - nunca mejor aplicado el término... porque no les pedimos autorización - imágenes de un grupo de niños jugando en la playa, para relacionarlos con aquellos que otrora entrevistara Pier Paolo en su documental "Encuesta sobre el amor" sin que atinaran a responderle cómo viene un niño al mundo. Y por último nos llevamos el murmullo que las olas producen en un sitio al que todos desearíamos volver.

La siguiente escala fue Positano, que posee una playa aún más paradisíaca que la anterior, rodeada de acantilados y antiquísima arquitectura. Allí registramos la cúpula del templo que en nuestro periplo italiano más semeja a una mezquita, edificación escasa en la península. Este se alza frente al mar, pero en una laberíntica zona de urbanización vertical y difícil acceso. Hubo que acercarse a pie, subiendo y bajando empinadas escalinatas que nos dejaron sin aliento.

En camino hacia nuestra última cita del día, un bellísimo fresco estampado dentro de una antigua sociedad de operarios en Sorrento, detectamos una iglesita que simulaba un vitreaux pintado dentro de una ojiva en relieve, y resolvimos que allí presentaríamos a Susanna Colusi, madre del poeta boloñés, quien interpretara a su pedido a la Virgen María anciana de "El Evangelio según San Mateo". La tarea culminó más adelante con la grabación del citado mural, a fin de que funcione como contraplano del insumiso pensador, quien interpretara a un discípulo de Giotto en su film "El Decamerón". Pasamos la noche en el Hotel Europa del centro histórico napolitano, al que el único miembro italiano de nuestro equipo -  dada la sordidez de su entorno - definió como "un bello posto in mezzo alla merda".-

16/7: En la segunda Patria del Diego (recibidos con "Brasil, decíme qué se siente...")


Asistente de Dirección, Director del documental, y Director de Fotografía
acuerdan el encuadre de las ruinas de Terme di Baia.

Hoy la troupe más laboriosa del Séptimo Arte se permitió una tarde de esparcimiento... pero eso lo contaremos luego: Todo a su debido tiempo. Desayunamos en Castellammare repuestos del trajín de la víspera, y de inmediato pusimos proa a Pozzuoli, en procura de las ruinas del Imperio Romano exhibidas en el Parque Arqueológico Terme di Baia. Se trata de un complejo termal a base de aguas sulfurosas construido en el Siglo II A.C. para goce de la aristocracia, e incluye templos de adoración a Diana y Mercurio. Allí nos habíamos citado con un joven colega argentino conocido en los festivales del Movimiento de Documentalistas - el realizador cordobés Federico Molnar, autor del film "El Negro" -, a quien debemos el prólogo del que estamos realizando, narrado a nuestro director al cabo de un seminario compartido con el chileno Patricio Guzmán. Esta locación acompañará nuestra cita del llamado a la UNESCO que oportunamente hiciera Pasolini para que asumiera la responsabilidad de preservar los muros de Sana'a, que el realizador boloñés conoció filmando en Yemen del Sur. Allí también grabamos el cantar de los pájaros y las cigarras. Terminamos la visita registrando un modesto caserío vecino, que encadenaremos con aquel en que moraba Ninetto Davoli cuando conoció al enorme intelectual que nos ocupa. Concluido tal registro fuimos por el Audi en que circulamos y, cuando nuestra Productora Ejecutiva consultó "¿quanto costa?", se le respondió "a piacere"; entonces ofreció cinco euros, pero el cuidador devolvió dos y exclamó "nooo... cinque e troppo!". Así es Nápoles, y lo ratificó una vez más en trattoria del puerto, donde reconociendo nuestro acento... ¡los dueños clavaron en los altoparlantes el cantito con que nuestra hinchada relajó a la torcida brasileña durante todo el mundial!

Durante el fascinante trayecto en ferry continuamos registrando paisajes. Ya en aquella isla donde en los albores de la década del 60 se filmara "Appuntamento a Ischia", con Domenico Modugno y el dúo cómico Franchi-Ingrassia, nos dirigimos al pequeño Cine-Teatro Excelsior, cuya programación se llevó puesta la globalización, ya que se estrenaba la nueva entrega de "Transformers". Pero no nos importó, porque nuestro plan es sobreimprimir en una de sus vidrieras al inolvidable y adorado bufo local Totó, interpretando para Pier Paolo a Fray Chichilo en el filme "Pajaritos y Pajarracos". De manera que nunca mejor producido allí nuestro rescate de la cultura nacional de este país que tan cálidamente nos acoge, ni tan apropiado el subtítulo del filme que se exhibe ("L'era della stinzione"), toda vez que mediante este tipo de afirmaciones es como ha de conjurarse el embate del capitalismo salvaje.

Nuevamente satisfechos con la producción del día, y muertos de calor, dejamos las maletas en el Hotel Conte... y huimos a zambullirnos en las transparentes aguas del mediterráneo, paletear sobre la arena, y más tarde a degustar la exquisita pizza y pasta local, siempre coronada por la oferta de un lemoncello, cortesía de la casa. Los cinco estuvimos de acuerdo acerca de que, en la sexta silla vacía, el autor de "El Evangelio según San Mateo" cenaba con nosotros.-

17/7: Encuentro entre un joven novelista y un cineasta consagrado


Asistente de Dirección, Director de Fotografía, y Director del documental
se aprestan a ingresar filmando el predio en que se alza el Hotel Savoia 
donde alguna vez se hospedara Pasolini.

"Salgo del hotel. Llueve todavía un poco. Estoy solo. Solo, y llevo a dar una vuelta a mis dos ojos, más ingenuos y contentos de lo que hubiera creído. Solo: Yo e Ischia. Yo y miles de cosas, de personas. Todo nuevo"; así comienza Pasolini el capítulo "Aventura en Ischia" de la "Larga carretera de arena" que estamos reproduciendo en sentido opuesto: Bajando del norte industrializado al sur postergado. Tales palabras se le ocurrieron en el aristocrático Hotel Savoia de Casamicciola, enclave de la subyugante isla napolitana. No nos resultó fácil dar con el lugar, oculto como está ahora tras la identidad del Elma Park.

" '¿Hay algún personaje?' , pregunto al mastín que está al lado de la moto, con su gloriosa visera. Me mira, me sopesa, brota la complicidad, si no guiña un ojo poco le falta, cambia la cara de expresión, navega en un mar de sobreentendidos, llega a ser lo que verdaderamente debe ser, rodando hacia el más bajo grado de la picaresca, que, a fin de cuentas, es sublime. Con fabulación digna de Plauto, me murmura, como ausente: 'Está el conde Visconti' "; sigue el poeta y novelista boloñés, que aún no ha incursionado en el Séptimo Arte pero comienza a entusiasmarle. Nosotros decidimos reconstruir su mirada extasiada al ingresar a la mencionada villa termal. Optamos pues por un travelling in en punto de vista subjetivo (echando mano al steadycam de nuestro DF), como siempre a nuestro estilo: sin solicitar autorización alguna y dispuestos a salir huyendo si somos detectados.

"Mientras pienso las preguntas para Leopoldo Trieste, Amedeo Nazzari, Mitry, Manfredi, Monlaur, y los actores de teatro, levanto los ojos, y en el muelle de Casamicciola, junto a un tropel de sidecars, veo solo a Luchino Visconti. Me levanto y voy hacia él, llamándolo. Se vuelve: '¡Me habían dicho que me buscaba Pratolini!", exclama. Después de días de silencio, al fin puedo hablar un poco", remata el futuro director primerizo de "Accatone", en referencia al ya célebre realizador de "La terra trema". El recuerdo de la escena descripta nos despidió de aquel archipiélago de ensueño. A primera tarde encaramos pues el retorno en ferry a Pozzuoli, y al caer el sol nuestra Go Pro (que despierta la sorpresa de incontables choferes y peatones) ingresó a la Roma de Fellini y los grandes neorrealistas, almacenando en su memoria ese paisaje entre arcaico y cosmopolita, horas antes de filmar en el sitio donde el 2 de noviembre de 1975 se consumó la mascarada de silenciar definitivamente a un rebelde, atribuyendo ese crimen atroz a un alfeñique de 17 años.-

18/7: Mamma Roma (pisando la sombra de un rebelde) - Fin de rodaje en Italia


Director de Fotografía, Asistente de Dirección, Director del documental, 
Productora Ejecutiva, anfitriona Giussepina, y Asistente de Producción 
en la trattoria Al Biondo Tevere, ocupando la misma mesa 
donde Pasolini y su supuesto asesino cenaron la noche del crimen.

De paso por la exhaustiva muestra sobre Pasolini que ofrece el Palacio de Exposiciones de Roma, nuestra jornada final en Italia - falta reconstruir una ficción cineclubística en Córdoba, Argentina - comenzó en las inmediaciones del Coliseo, más precisamente en la Villa Celimontana (patrimonio cultural de esta ciudad y del mundo) dada la semejanza del predio con aquel donde Pier Paolo situó la acción de su film póstumo, adaptando un texto del Marqués de Sade a los estertores postreros del fascismo mussoliniano, y abjurando simultáneamente de la Trilogía de la Vida ("El Decamerón", "Las mil y una noches", y "Los cuentos de Canterbury"), ya que si en dicha saga buscó exaltar la fiesta de los cuerpos en el mundo campesino, en su último trabajo denunció la humillación de los mismos merced a la descomposición neo capitalista. Grabando en la citada locación recibimos la gratísima visita del sonidista siciliano Alessandro Lupó, socio de nuestro Asistente de Dirección en un proyecto de thriller en ciernes.

Por la tarde registramos el periplo a lo largo de la costanera de Ostia que realizaran en su velada fatal el joven marginal Pino Pelosi y el poeta boloñés. Nos detuvimos precisamente ante el Parque Literario "Pier Paolo Pasolini", modesto paseo cerrado que señaliza el sitio donde el talentoso intelectual habría sido emboscado y luego masacrado, muy probablemente por su constante vocación de denuncia de las grandes injusticias que sucedían en su país y el mundo, labor que siempre desarrollara señalando a los responsables con nombre y apellido. A no mucha distancia de allí, registramos una bellísima puesta de sol sobre el mar, que servirá de pizarra para sobreimprimir nuestras hipótesis acerca del caso en cuestión.

La última escala del día fue la legendaria trattoria Al Biondo Tevere, donde aquella trágica velada Pelosi y el director de "Teorema" comieron juntos. Allí tuvimos la fortuna de dar con Giussepina, la animosa señora que los atendió, quien gentilmente se sentó a la mesa que reservamos (la misma en que cenaron ellos) y contó por enésima vez todo lo que vio aquella noche, con calidez y emoción inaugurales. Más tarde la invitamos a brindar con champagne de la casa y le obsequiamos una versión de nuestro guión escrita en italiano y autografiada por todo el equipo. Así culmina el primer tramo de este modesto aporte cultural que sólo aspira a sumarse al aluvión reivindicativo que - tarde pero seguro - está mereciendo el legado de nuestro homenajeado. Acaso la originalidad del mismo consista en provenir de aquel Tercer Mundo en el que cifró su única expectativa de redención de la Humanidad.-